Lo que no te han dicho sobre el desgaste de la columna.

¡Descubre cómo prevenir el desgaste de tus discos intervertebrales!

Si sufres de dolor lumbar crónico, hernias discales o desgaste en la columna, es hora de mirar más allá de los síntomas. Estudios recientes han revelado que tu microbioma intestinal, tu densidad mineral ósea y la falta de ejercicio pueden estar jugando un papel clave en la degeneración de tus discos intervertebrales.

Lo mejor de todo: Modificar tu estilo de vida, incluyendo actividad física regular, y aplicar un enfoque regenerativo integral puede ayudarte a frenar y revertir este proceso.

En este artículo, te explico los hallazgos científicos más recientes sobre el eje intestino-columna vertebral, la conexión entre la salud ósea, el ejercicio y los discos intervertebrales, y cómo un enfoque integrativo puede marcar la diferencia.

Si buscas soluciones reales y personalizadas para cuidar tu columna, sigue leyendo. ¡Tu espalda te lo agradecerá!

Descubrimiento Revolucionario: ¿Sabías que tu microbioma puede estar acelerando la degeneración de tu columna?

Tradicionalmente se pensaba que la degeneración del disco intervertebral era solo el resultado del envejecimiento o del desgaste mecánico. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que factores como la microbiota intestinal, la inflamación sistémica, la densidad ósea y la actividad física pueden ser los verdaderos impulsores de esta condición (Geng et al., 2023).

Un estudio publicado en European Spine Journal (Li et al., 2022) ha identificado un nuevo concepto: el eje intestino-disco (Gut-Disc Axis), que sugiere que las bacterias intestinales pueden influir en la inflamación crónica de los discos intervertebrales por tres mecanismos principales:

  • Translocación de bacterias intestinales a los discos intervertebrales, lo que genera inflamación crónica y daño celular.

  • Regulación del sistema inmune, promoviendo un ambiente inflamatorio que deteriora la matriz extracelular del disco.

  • Alteraciones en la absorción de nutrientes y metabolitos, impactando la regeneración de los discos intervertebrales.

Se ha encontrado que el phylum Bacteroidetes está asociado con un mayor riesgo de degeneración discal (OR: 1.218, p = 0.004) (Geng et al., 2023). En cambio, ciertas bacterias como Ruminococcaceae y Gordonibacter pueden tener un efecto protector al reducir la inflamación.

Te hablaré con mucho más detalle de este tema en mi próximo articulo: Cómo el Microbioma Intestinal Influye en el Dolor Articular y la Inflamación Crónica. ¡No te lo pierdas!

La Relación Entre Densidad Ósea y Salud Discal: Un Equilibrio Complejo

Los estudios recientes han revelado una paradoja fascinante: una mayor densidad ósea puede aumentar el riesgo de degeneración del disco intervertebral (IDD). Esta correlación, identificada específicamente en la columna lumbar, el cuello femoral y el cuerpo entero (Li et al., 2024), desafía nuestra comprensión tradicional de la salud ósea. El mecanismo propuesto sugiere que un hueso más denso podría incrementar la presión mecánica sobre los discos intervertebrales, comprometiendo su capacidad natural de amortiguación y adaptación.

La comprensión de esta relación se fundamenta en el concepto de tensegridad, un principio biomecánico que explica cómo nuestro cuerpo mantiene su integridad estructural. Este principio revela la delicada interacción entre hueso, músculo y tejido conectivo, donde cada componente debe funcionar en armonía para lograr una óptima distribución de cargas. Un sistema con adecuada tensión y resiliencia resulta fundamental para la protección de los discos vertebrales.

Impacto de la Artrosis de Cadera en la Salud Espinal

El estudio de Wang et al. (2025) ha demostrado que la artrosis de cadera (HOA) puede alterar significativamente la alineación sagital de la columna. Los pacientes con HOA severa presentan peor alineación sagital global, mayor inclinación de rodilla (KA), mayor desplazamiento pélvico posterior y un riesgo incrementado de complicaciones postquirúrgicas en casos de deformidad espinal. Esta condición no solo afecta la biomecánica local, sino que también está asociada con una mayor progresión de la degeneración del disco intervertebral y sarcopenia.

El Papel Protector de la Masa Muscular

La masa muscular emerge como un factor protector crucial en este complejo sistema. Los músculos profundos del tronco y la espalda actúan como amortiguadores naturales, dispersando las fuerzas de compresión que de otro modo impactarían directamente sobre los discos intervertebrales. La sarcopenia, o pérdida de masa y función muscular, se ha identificado como un factor agravante en la degeneración discal, al reducir este importante mecanismo de protección.

La solución ante esta compleja interacción requiere un enfoque integral: mientras monitoreamos la densidad ósea, debemos priorizar el mantenimiento de una adecuada masa y función muscular. Esto se logra mediante un programa equilibrado de ejercicio de resistencia y prácticas de movilidad. Este abordaje, fundamentado en los principios de tensegridad, no solo protege los discos intervertebrales, sino que optimiza la función global de la columna vertebral, promoviendo una salud musculoesquelética duradera y equilibrada.

El Ejercicio: La Clave para una Columna Saludable

Si bien la densidad ósea y el microbioma juegan un papel clave en la salud de los discos intervertebrales, el ejercicio físico es un factor crucial que puede ayudar a modular ambos aspectos.

Los estudios han demostrado que el ejercicio regular:

  • Reduce la inflamación sistémica, disminuyendo la degradación de la matriz del disco.

  • Mejora la microbiota intestinal, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas.

  • Optimiza la densidad ósea y la masa muscular, reduciendo la sobrecarga en los discos intervertebrales.

  • Aumenta la producción de proteoglicanos y colágeno, esenciales para la regeneración del disco.

Un meta-análisis de la Cochrane Database of Systematic Reviews (Hayden et al., 2021) reveló que la terapia de ejercicio es efectiva para reducir el dolor crónico lumbar y mejorar la funcionalidad. Se observó que los programas de ejercicios que incluyen fortalecimiento del core, estabilización y ejercicios aeróbicos generan mejores resultados a largo plazo.

Adicionalmente, un estudio de Scientific Reports (Belavý et al., 2017) demostró que la práctica regular de carrera a ritmo moderado (20-50 km por semana) se asocia con una mayor hidratación y grosor del disco intervertebral. Los corredores presentan un mejor contenido de proteoglicanos en los discos lumbares y una hipertrofia del disco en comparación con individuos sedentarios.

Los mejores ejercicios para tus discos intervertebrales

Si quieres fortalecer tu columna y prevenir el desgaste de tus discos, caminar rápido y correr a ritmo moderado (aprox. 2 m/s) son excelentes opciones. Estas actividades generan una carga controlada sobre la columna, lo que estimula la producción de proteoglicanos y mantiene la hidratación del núcleo pulposo.

Además, los corredores de media y larga distancia (20-50 km por semana) mostraron discos más gruesos y mejor hidratados, lo que sugiere que el impacto repetitivo y moderado del trote puede tener un efecto anabólico y protector sobre la columna.

Tip: Recuerda hacerlo con la espalda recta y el abdomen ligeramente contraído para mejorar tu postura

Lo que NO le gusta a tus discos intervertebrales

No todos los ejercicios tienen el mismo efecto. Algunas pociones y actividades pueden aumentar la presión intradiscal y el riesgo de desgaste (ver imagen):

🚫 Evita actividades que impliquen impactos bruscos, como saltos repetitivos, equitación o levantamiento de pesas sin preparación y supervisión adecuada. El estrés excesivo sobre la columna puede ser perjudicial si no se ejecuta con una técnica adecuada.

🚫 Sedentarismo o posturas estáticas prolongadas: Tip Importante: Al disco intervertebral no le gustan las posturas sostenidas, ¡y mucho menos en flexión! Por eso le fastidia tanto que estés mal sentado. Mantente en movimiento y cambia de posición con frecuencia para cuidar tu columna.

Conclusión: Muévete con Inteligencia y Consistencia

Si quieres fortalecer tu columna y evitar molestar tus discos, opta por ejercicios de bajo impacto como caminar a paso rápido, correr a un ritmo moderado, pilates o practicar yoga (Belavý et al, 2017), puede tener efectos positivos en la hidratación y grosor del disco intervertebral. Sin embargo, se recomienda evitar impactos excesivos y mantener una técnica adecuada para prevenir lesiones. Mantener una rutina equilibrada entre fuerza, flexibilidad y resistencia es clave para preservar la salud de tu columna.

Imagen adaptada de: Nachemson AL, Waddell G & Norlund Al. Epidemiology of neck and low back pain. In Nachemson AL & Jonsson E (eds.) Neck and Back Pain: The Scientific Evidence of Causes, Diagnosis and Treatment. Philadelphia: Lippincott Williams and Wilkins, 2000, pp. 165-188

Consejo Final: ¡Empieza Hoy a Cuidar tu Espalda!

✔ Muévete todos los días, los discos necesitan movimiento para mantenerse saludables. No necesitas un gimnasio para cuidar tu espalda. Caminatas de 30 minutos pueden marcar la diferencia. Si trabajas sentado, prioriza mantener una buena postura y toma pausas activas cada hora.

✔ Fortalece tu core: Un abdomen fuerte protege tu columna. Incorpora ejercicios como planchas o pilates.

✔ Cuida tu alimentación: Mantén una nutrición equilibrada, rica en proteínas, grasas saludables, vegetales y antioxidantes que nutran tu microbiota.

✔ Evita el estreñimiento: Una mala función intestinal puede contribuir a la inflamación y el dolor de espalda. Asegúrate de consumir suficiente fibra y agua diariamente.

✔ Corrige deficiencias nutricionales: La falta de vitaminas y minerales como la vitamina D, magnesio y colágeno puede afectar la regeneración de los discos intervertebrales.

Tu columna es tu soporte de vida, cuídala con movimiento, alimentación y equilibrio. ¡No esperes a sentir dolor para empezar!


Referencias Actualizadas

  • Geng, Z. et al. (2023). Gut microbiota and intervertebral disc degeneration: a bidirectional two-sample Mendelian randomization study. J Orthop Surg Res.

  • Li, L. et al. (2024). Causal relationship between bone mineral density and intervertebral disc degeneration: a univariate and multivariable Mendelian randomization study. BMC Musculoskelet Disord.

  • Li, W. et al. (2022). Gut-disc axis: A cause of intervertebral disc degeneration and low back pain? European Spine Journal.

  • Hayden, J. A., et al. (2021). Exercise therapy for chronic low back pain. Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 9. Art. No.: CD009790. DOI: 10.1002/14651858.CD009790.pub2.

  • Geng, Z. et al. (2023). Gut microbiota and intervertebral disc degeneration: a bidirectional two-sample Mendelian randomization study. J Orthop Surg Res.

  • Li, L. et al. (2024). Causal relationship between bone mineral density and intervertebral disc degeneration: a univariate and multivariable Mendelian randomization study. BMC Musculoskelet Disord.

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  • Owen, P. J., et al. (2020). Which specific modes of exercise training are most effective for treating low back pain? Br J Sports Med, 54(1279–1287).

  • Wang D, Diwan AD, Chen X, Lu S. Impacts of hip osteoarthritis on spinal sagittal alignment and surgical outcomes in patients with adult spinal deformity: evidence from meta-analysis and 2-sample mendelian randomization. Spine J.2025 Jan 31:S1529-9430(25)00054-3. doi: 10.1016/j.spinee.2025.01.021.

  • Gómez-Cabello A, Ara I, González-Agüero A, Casajús JA, Vicente-Rodríguez G. Effects of training on bone mass in older adults: a systematic review. Sports Med. 2012;42(4):301-325. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22392589/

  • Hodges PW, Danneels LA. Changes in structure and function of the back muscles in low back pain: different time points, observations, and mechanisms. J Orthop Sports Phys Ther. 2019;49(6):464-476. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31063065/

  • Belavy DL, Quittner MJ, Ridgers ND, Ling Y, Connell D, Rantalainen T. Running exercise strengthens the intervertebral disc. Sci Rep. 2017;7(1):45975. Disponible en: https://www.nature.com/articles/srep45975

Dra July Mendoza

Hola, soy la Dra. Juliana Mendoza, y estoy aquí para ayudarte a vivir mejor.
Soy anestesióloga y especialista en Medicina del Dolor, con formación avanzada en medicina regenerativa y anti-envejecimiento. Mi enfoque combina ciencia y terapias avanzadas para ofrecer a mis pacientes soluciones personalizadas que transformen su salud y bienestar.

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