¿Podemos desacelerar  el envejecimiento? Claves científicas para una longevidad saludable

El envejecimiento es un proceso inevitable, pero ¿qué pasaría si pudiéramos ralentizarlo? Durante años, la ciencia ha estudiado los mecanismos que nos hacen envejecer y, lo más emocionante, cómo podemos influir en ellos. Hoy, gracias a la investigación en biogerontología y epigenética, sabemos que la manera en que vivimos, lo que comemos y cómo cuidamos nuestro cuerpo, puede marcar una gran diferencia en nuestra salud y longevidad.

Las 12 marcas del envejecimiento: La hoja de ruta para entender el proceso

Hace unos años, el investigador español Carlos López-Otín y su equipo definieron las “marcas del envejecimiento” como una serie de procesos biológicos que determinan cómo envejecemos. Recientemente, estas marcas han sido ampliadas a doce, incluyendo aspectos como:

  • Inestabilidad genómica: Acumulación de mutaciones y daño en el ADN.

  • Acortamiento de telómeros: La reducción progresiva de los extremos de nuestros cromosomas.

  • Alteraciones epigenéticas: Cambios en la metilación del ADN y la regulación génica que afectan la expresión de genes clave para el envejecimiento (Seale et al., 2024).

  • Disfunción mitocondrial: Menor producción de energía celular y mayor daño oxidativo.

  • Inflamación crónica ("inflammaging"): Un estado inflamatorio persistente asociado con múltiples enfermedades.

  • Disbiosis microbiana: Alteraciones en la microbiota intestinal que impactan nuestra salud metabólica y neurológica (López-Otín et al., 2023).

Cada una de estas marcas está interconectada y contribuye al proceso de envejecimiento. Sin embargo, la ciencia ha identificado estrategias que pueden ralentizar o incluso revertir algunos de estos procesos.

Epigenética y envejecimiento: ¿Podemos modificar nuestro reloj biológico?

Imagina que tu ADN es como un libro de recetas que contiene todas las instrucciones para hacer que tu cuerpo funcione correctamente. Ahora, los cambios epigenéticos son como notas adhesivas que alguien va pegando en ese libro con el tiempo, diciendo cosas como “usa menos azúcar en esta receta” o “omite este ingrediente”. Estas notas no cambian la receta original (tu ADN), pero sí afectan la manera en que se prepara.

Un estudio reciente, que analizó más de 32,000 muestras de sangre, descubrió que el envejecimiento está muy relacionado con un tipo específico de cambio epigenético llamado metilación del ADN. Es como si algunas páginas del libro se llenaran de manchas y fueran más difíciles de leer, lo que impide que ciertas recetas se preparen correctamente. Como resultado, algunas funciones del cuerpo pueden verse afectadas, contribuyendo al desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes o problemas cardiovasculares (Seale et al., 2024). La buena noticia es que la medicina está explorando formas de "limpiar" esas páginas, lo que podría ayudar a retrasar el envejecimiento y mejorar la salud en el futuro.

¿Cómo podemos modular la epigenética para ralentizar el envejecimiento hoy?

  • Dieta rica en polifenoles: Compuestos presentes en el té verde, el cacao y las bayas han demostrado modular la metilación del ADN y promover la longevidad (Pereira et al., 2023).

  • Ejercicio físico: La actividad física regular ha sido vinculada con un "rejuvenecimiento" epigenético en múltiples estudios (Seale et al., 2024).

  • Restricción calórica: Estudios sugieren que reducir la ingesta calórica de manera controlada puede retrasar los cambios epigenéticos asociados con el envejecimiento.

  • Asegurar niveles adecuados de magnesio: Múltiples estudios señalan que una deficiencia de magnesio puede acelerar el envejecimiento al afectar:

    • La estabilidad del ADN, aumentando el riesgo de mutaciones.

    • La producción de energía mitocondrial, lo que genera más radicales libres y daño oxidativo.

    • La inflamación crónica, promoviendo la activación de vías proinflamatorias como NF-κB y TNF-α (Dominguez et al., 2024).

Estilos de vida que reducen el envejecimiento biológico y la mortalidad

Nuestros hábitos diarios tienen un impacto enorme en la longevidad y en la velocidad del envejecimiento biológico. Un estudio basado en más de 500,000 personas del UK Biobank encontró que ciertos patrones de vida saludable pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la esperanza de vida (Liu et al., 2024).

Pero esta relación no es solo teórica. Las Zonas Azules, regiones del mundo donde las personas viven de manera excepcionalmente longeva y saludable, han revelado la clave para ralentizar el envejecimiento de forma natural. Lugares como Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Icaria (Grecia), Loma Linda (EE.UU.) y Nicoya (Costa Rica) tienen poblaciones con un número inusualmente alto de centenarios y una incidencia mucho menor de enfermedades relacionadas con la edad (Buettner, 2021; Poulain et al., 2004).

Los 7 Factores clave de un estilo de vida pro-longevidad

Las investigaciones sobre las Zonas Azules y otras regiones de alta longevidad han revelado patrones clave que favorecen un envejecimiento saludable. Aquí te los resumo en 7 factores esenciales:

  1. Dieta basada en plantas y alimentos naturales: Rica en antioxidantes, grasas saludables y fibra, con un alto consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Se ha demostrado que la dieta mediterránea u otras dietas basadas en plantas y ricas en polifenoles, que incluyen principalmente alimentos frescos y de temporada, y que priorizan preparaciones mínimamente procesadas con técnicas culinarias saludables como el hervido y el vapor, están asociadas con una menor tasa de acortamiento de los telómeros y una mejor salud metabólica y cardiovascular (D’Angelo, 2023; Trichopoulou et al., 2014).

  2. Consumo moderado de alimentos: En Okinawa, la práctica del "Hara Hachi Bu", que significa comer hasta estar al 80% lleno, está asociada con una menor incidencia de enfermedades metabólicas y mayor longevidad (Willcox et al., 2017).

  3. Movimiento natural diario: En lugar de hacer ejercicio estructurado, las personas de las Zonas Azules integran el movimiento en su rutina diaria. Caminan, trabajan en el jardín, suben colinas y realizan actividades domésticas que les permiten mantenerse activos sin necesidad de un gimnasio. Mantener un estilo de vida activo está vinculado a una mayor esperanza de vida y menor inflamación crónica (Liu et al., 2024; Willey et al., 2017).

  4. Descanso reparador y manejo del estrés: El sueño de calidad y la gestión del estrés son fundamentales para una longevidad saludable. Dormir entre 7 y 8 horas por noche no solo refuerza la memoria, sino que también reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas al permitir que el cerebro elimine toxinas acumuladas durante el día. Durante el sueño profundo, se activa el sistema glinfático, un mecanismo de limpieza cerebral que funciona como un "sistema de drenaje", eliminando desechos metabólicos como la proteína beta-amiloide, asociada con el Alzheimer. Un descanso adecuado optimiza este proceso, protegiendo el cerebro del deterioro cognitivo y promoviendo su salud a largo plazo.

    Además, prácticas como la meditación, la respiración profunda y las siestas cortas (comunes en Icaria y Cerdeña) ayudan a reducir los niveles de cortisol y citocinas proinflamatorias, disminuyendo la inflamación crónica y favoreciendo la longevidad. Un descanso reparador no solo fortalece la función cognitiva y emocional, sino que también protege el corazón, equilibra las hormonas y optimiza la energía diaria, contribuyendo a una vida más larga y saludable (Buettner, 2021; Campos et al., 2018).

  5. Red social y comunidad de apoyo:  Las personas en las Zonas Azules construyen y mantienen fuertes lazos familiares y comunitarios, lo que les brinda un sólido apoyo emocional y un profundo sentido de pertenencia. Esta conexión social no solo enriquece sus vidas, sino que también influye directamente en su longevidad.

    Un estudio reciente publicado en Frontiers in Public Health analizó datos de más de 9,900 adultos mayores durante 20 años y reveló que el aislamiento social aumenta el riesgo de mortalidad en un 15% tanto en hombres como en mujeres. La falta de pareja y el escaso contacto con los hijos fueron los factores más determinantes (Aartsen, M., 2024).

    Curiosamente, la soledad auto-reportada solo tuvo un impacto significativo en los hombres: aquellos que admitieron sentirse solos presentaron un 20% más de riesgo de morir en comparación con quienes no lo hicieron. Esto sugiere que muchos hombres podrían subestimar o incluso negar su soledad hasta que esta se vuelve crítica, lo que resalta la necesidad de atender su salud emocional con mayor enfoque.

    Por otro lado, cultivar relaciones sociales significativas no solo protege contra la soledad, sino que también refuerza la salud mental y física, creando un entorno de bienestar que promueve la longevidad.

  6. Tener un propósito de vida fuerte: Un propósito de vida significa tener un objetivo auto-organizado y dinámico, que estimule metas y de sensación de sentido. Los beneficios para la longevidad son notables:

    • Puede extender la esperanza de vida hasta 7 años y reducir el riesgo de mortalidad entre un 40-59% (Alimujiang, 2019)

    • Disminuye los niveles de estrés, reduce la expresión de genes proinflamatorios y contribuye a niveles más bajos de cortisol y citocinas proinflamatorias (Sutin, 2023 )

La combinación de todos estos factores no solo impacta la longevidad, también retrasa los biomarcadores del envejecimiento biológico al influir en procesos epigenéticos, inflamatorios y metabólicos (Seale et al., 2024; López-Otín et al., 2023).

Adoptar un estilo de vida similar al de las Zonas Azules mejora la calidad de vida, y ofrece una estrategia científicamente probada para vivir más años con salud y vitalidad.

Tu checklist para una longevidad saludable

  • Dieta anti-inflamatoria y con alta densidad nutricional, evitando los excesos.

  • Tener una actividad física de al menos 3000 MET-min/semana 

  • Sueño de calidad, entre 7 y 8 horas por noche.

  • Técnicas para el control del estrés incorporadas en las rutinas de vida diaria.

  • Tener un propósito de vida fuerte y mantener una red social enriquecedora, cercana y confiable.

Conclusión: El envejecimiento no es un destino, sino un proceso modificable

La ciencia nos ha demostrado que el envejecimiento no es solo una cuestión de tiempo, sino el resultado de una interacción entre nuestros genes y nuestro estilo de vida. A través de una alimentación inteligente, la suplementación adecuada y hábitos de vida saludables, podemos influir directamente en cómo envejecemos y disfrutar de una vida más larga y saludable.

El momento de actuar es ahora. Introduce estos cambios en tu día a día y notarás cómo tu energía, bienestar y vitalidad mejoran con el tiempo. No se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor.

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Referencias

  • López-Otín, C. et al. (2023). Hallmarks of Aging: An Expanding UniverseCell, 186 (243-278). https://doi.org/10.1016/j.cell.2022.11.001

  • D’Angelo, S. (2023). Diet and Aging: The Role of Polyphenol-Rich Diets in Slowing Down the Shortening of TelomeresAntioxidants, 12(2086). https://doi.org/10.3390/antiox12122086

  • Dominguez, L.J., Veronese, N., & Barbagallo, M. (2024). Magnesium and the Hallmarks of AgingNutrients, 16(496). https://doi.org/10.3390/nu16040496

  • Liu, C. et al. (2024). Optimal lifestyle patterns for delaying aging and reducing all-cause mortalityEuropean Review of Aging and Physical Activity, 21(27). https://doi.org/10.1186/s11556-024-00362-7

  • Pereira, Q.C. et al. (2023). The Molecular Mechanism of Polyphenols in the Regulation of Aging HallmarksInt. J. Mol. Sci., 24(5508). https://doi.org/10.3390/ijms24065508

  • Seale, K. et al. (2024). A comprehensive map of the aging blood methylome in humansGenome Biology, 25(240). https://doi.org/10.1186/s13059-024-03381-w

  • Buettner, D. (2021). The Blue Zones: 9 Lessons for Living Longer From the People Who've Lived the Longest. National Geographic.

  • Campos, H., Stampfer, M. J., & Willett, W. C. (2018). The Role of Sleep in Cardiovascular Disease and Mortality RiskJournal of the American College of Cardiology, 71(9), 1074-1084. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2017.12.039

  • Poulain, M., Herm, A., & Pes, G. (2004). The Blue Zones: Areas of Exceptional LongevityExperimental Gerontology, 39(9), 1369-1376. https://doi.org/10.1016/j.exger.2004.06.011

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  • Trichopoulou, A., et al. (2014). Mediterranean Diet and LongevityBMJ, 349, g4026. https://doi.org/10.1136/bmj.g4026

  • Willey, J. Z., Moon, Y. P., Paik, M. C., Sacco, R. L., & Elkind, M. S. V. (2017). Physical Activity and Risk of Ischemic Stroke in the Northern Manhattan StudyNeurology, 88(15), 1446-1452. https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000003814

  • Willcox, D. C., Willcox, B. J., & Suzuki, M. (2017). Caloric Restriction and Healthy Aging in Okinawa: Controversies and Clinical ImplicationsCurrent Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care, 20(1), 92-98. https://doi.org/10.1097/MCO.0000000000000346

  • Sone, T., et al. (2008). Ikigai as a Predictor of Health in Older Japanese AdultsPsychosomatic Medicine, 70(6), 709-715. https://doi.org/10.1097/PSY.0b013e31817e7e64

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  • Sutin, A. R., et al. (2023). Purpose in life and markers of immunity and inflammation: Testing pathways of episodic memoryJ Psychosom Res, 174, 111487. https://doi.org/10.1016/j.jpsychores.2023.111487

  • Aartsen, M., et al. (2024). The unique and synergistic effects of social isolation and loneliness on 20-years mortality risks in older men and womenFront Public Health, 12, 1432701. https://doi.org/10.3389/fpubh.2024.1432701​:contentReference[oaicite:1]{index=1}.


Dra July Mendoza

Hola, soy la Dra. Juliana Mendoza, y estoy aquí para ayudarte a vivir mejor.
Soy anestesióloga y especialista en Medicina del Dolor, con formación avanzada en medicina regenerativa y anti-envejecimiento. Mi enfoque combina ciencia y terapias avanzadas para ofrecer a mis pacientes soluciones personalizadas que transformen su salud y bienestar.

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